¿A qué se debe el cloasma?

Los estrógenos en el embarazo hacen que aumente la producción de melanina en ciertas zonas de la piel. El cloasma tiene el mismo origen que otros cambios en la piel, como el oscurecimiento de los pezones o la aparición de la línea negra que va desde el ombligo al pubis. Las manchas del cloasma suelen aparecer en la frente, los pómulos, la barbilla o sobre los labios de las mujeres embarazadas (si bien a veces surgen debido al uso de ciertos anticonceptivos, o en otras personas sin que haya embarazo de por medio).

¿Quiénes suelen padecerlo?

Es más frecuente en mujeres jóvenes y en aquellas de tez morena, que de por sí producen más melanina. Pero también depende de la exposición al sol: si te toca estar embarazada durante el verano debes utilizar todo el tiempo un protector solar con factor 35 o superior. También suele reaparecer en quienes han sufrido cloasma en un embarazo anterior.

Posibles tratamientos

En principio procura relajarte, ya que en muchas ocasiones el síntoma desaparece por sí solo al poco tiempo de dar a luz. Sin embargo, como ya hemos dicho, es posible que reaparezca en un futuro embarazo. Si las manchas no se quitan por sí solas, deberás acudir a un dermatólogo, quien puede recomendarte desde ciertas cremas con ácido glicólico, hasta tratamientos con láser, o peelings químicos. Por supuesto que cualquier aplicación de productos químicos ha de hacerse después del parto para evitar que algún componente de las cremas pueda llegarle al bebé.

Mejor prevenir…

Si tienes tez oscura o eres propensa a desarrollar manchas y lunares en la piel, cuídate mucho del sol durante el embarazo. Procura cubrir tu rostro con ayuda de sombreros de ala ancha y evitar el sol directo. No solamente en verano, sino durante cualquier época del año, conviene proteger tu cutis con protector solar, y si usas maquillaje, elegir alguno que ya cuente con un alto factor de protección. Lava tu piel con jabones neutros hipoalergénicos y no utilices ninguna crema cosmética sin consultar previamente al médico.

Fuente: letsfamily.es